Salgamos un rato? [April&Lawrence]

Estabamos ambos en casa ese dia, yo en mi pequeña oficina en casa, revisando unos papeles, y April haciendo quizas qué en el resto de la casa, el dia estaba tranquilo, ni muy soleado ni muy nublado, estaba bien para pasear un momento juntos. Luego de estar mas o menos una hora encerrado alli, decidi salir a ver que hacia, se me habia ocurrido salir a dar una vuelta, a algun lugar de londres que aun no hayamos ido, guardé los paleles, ordené todo como era mi costumbre y sali de la habitacion, pasando por el baño para arreglar un poco mi cabello que parecía que hubiese caminado por un lugar con mucho viento (?) salí luego de unos minutos, comenzando a caminar tranquilo por la casa - Amor? - pregunté mientras bajaba las escaleras para ir al living, buscandola.

Te parece que salgamos a dar un paseo? que hace mucho no salimos fuera de la ciudad - pregunté con un tono calido, esperando que apareciera mi amada. me volvi para ir a ver a otras habitaciones, siempre que la necesitaba se me perdía, rei despacio al pensar eso. Queria salir para recordar tiempos en que saliamos fuera de la ciudad cuando eramos novios, claro me habia puesto algo melancolico, esperaba que ella aceptase mi propuesta.

Era un día bastante aburrido pero todos solían serlos teniendo en cuenta que eres una criatura que no duerme, entonces tienes tiempo para leer más libros que Dr. Drew en su tiempo libre y es que ese estaba bastante loco a decir verdad. Estaba en la biblioteca sentada obviamente en un sillón rojo enorme que mi esposo había comprado, al cual yo no le había visto necesidad alguna habiendo ya tantos sillones en los que poder sentarse, pero el había insistido en comprarme un sillón rojo y enorme para que pudiera leer. Tenía puestas unas gafas de lectura que en realidad no tenían aumento alguno pero me sentía más inteligente usándolas (? y mientras nadie me viera en aquello todo estaba bien.

De pronto sentí la voz de Lawrence llamándome por las habitaciones pero como era bastante aparente ni se le había pasado por la cabeza buscarme en la biblioteca, de seguro pensó que le estaba tejiendo un suéter o algo que fuera aún más obvio que leer o tejer.

Cerré el libro y lo dejé sobre la mesa para luego seguir la familiar voz de mi esposo más allá. Lo abracé por la espalda pudiendo así oler su suave perfume y besarle la mejilla dulcemente.

-Claro, ¿A donde me llevarás a mostrar mi belleza? - Le dije presumiendo un poco...

Sabía que apareceria el problema era que aun no se me ocurria donde podria estar, negue con la cabeza reprochandome a mi mismo. Volteé cuando senti sus pasos hacia mi, me deje abrazar y luego senti su beso en mi mejilla, sonreí de lado por lo que acababa de decirme - En la biblioteca como no se me ocurrio antes - dije en un susuro divertido, volteandome hacia ella, mirandola fijamente a sus bellos ojos.

- Pensaba en ir a visitar los alrededores y pasar por el Castillo de Leeds que leí que era bastante interesante, sabes como soy yo, si no... pues vamos a pasear por los jardines de ahi mismo, ya sabes... para recordar mejor nuestras viejas salidas - dije sin poder evitar esbozar una sonrisa, pase una mano suavemente por su cabello - obviamente no dejare que ninguno te mire mucho, que eres solo mia, la mas hermosa mujer - dije con un tono divertido, y a la vez serio, tomandola suave de su cintura.

- que intelectual te ves mi amor - comenté viendo que tenia sus lentes que usaba para leer, y en un gesto rapido le robé un beso, como me encantaba hacerle eso, le sonrei nuevamente, juguetón. Luego de eso espere su respuesta a mi propuesta de salida, la verdad tenia muchas ganas de pasear con ella, y seguramente diria que si, puse una cara de niño mimado, quizás para ablandarla un poco. (?)

Cada vez que me miraba fijamente a los ojos casi que sentía como me derretía poco a poco, después de todo de no ser por esos ojos hubiera tenido menos posibilidades de que me casara con el.

Rodé los ojos con una sonrisa inocente en mi rostro, en parte si tenía razón porque últimamente nos pasábamos los días en aquel lugar haciendo nada como un par de ancianos oxidados y eso que yo no tenía ninguna arruga de la que quejarme.

-Tienes razón, ya veo como me salen las telarañas- Le dije bromeando - ¿Y si me miran qué? ¿Les vas a pegar? - Le dije entre risas rodeando su cuello con mis brazos acercándome suavemente a el.

Volví a sonreír y noté como me sonrojaba con su comentario al notar que aún tenía las estúpidas gafas puestas pero no me dio ni tiempo para responder cuando me robó un dulce beso el cual le devolví para luego separarme y rodar los ojos al ver su expresión, sabía cuanto quería ir a pesar conmigo.

-Bueno vamos, pero con una condición - Le dije sonriendo traviesamente - Me vas a comprar un gatito - Le dije sabiendo lo poco que le gustaban los gatos, solo para molestarlo.

Sonrei ampliamente - no quiero que terminemos llenos de polvo - bromeé, asintiendo luego con la cabeza cuando me pregunto si le pegaria a quien la mirara - igual quien te mire se dara cuenta de que eres la mas hermosa mujer en la tierra, pero que sepan que eres solo mia - dije acercandome un poco mas a ella sin quitar mi vista de sus ojos, con los cuales me quedaba pegado como bobo mirandolos, observando su rostro, era perfecta, me encantaba al cien porciento, su forma de ser, su sonrisa, su personalidad, todo de ella era perfecto y me hacia sentir como el hombre mas feliz de la tierra.

Noté como rodaba los ojos, iba a aceptar obviamente, solte una pequeña risa, hasta que me pidió la condición, alce ambas cejas al unisono esperando que continuara, fruncí el ceño cuando mencionó lo de que le comprara un gato - ¡¿Qué?! Nonono sabes perfectamente que no me gustan esas cosas - dije rapidamente, siempre habia tenido un temor por esos animales, desde pequeño, y ella lo sabia perfectamente, seguro me estaba molestando, pero no... ni loco le compraria uno - todo menos eso lo sabes - dije cruzandome de brazos.

Si, bueno, solía ser algo celoso pero más allá de eso el sabía que yo jamás le haría ningún tipo de traición, el era mi vida, mi todo y era demasiado importante como para que si quiera se me pasara por la cabeza hacerle algo malo, a el, a mi hombre. Aun que a veces fuera algo demente, era una de las cosas que más amaba de el.

-Solo tuya- susurré casi pegada a el, respirando todo su aroma a... algo rico (? como siempre, un aroma que adoraba terriblemente y que inevitablemente siempre tenía prendido en el.

Me morí de la risa cuando se puso a quejarse ante mi propuesta, sabía lo mucho que no le gustaban los gatos pero en realidad yo siempre había querido uno, así pequeño y con color crema o Beige, y juguetón para que molestara todo el tiempo.

Me crucé de brazos igualmente e hice un puchero de niña pequeña taimada, pero en realidad me irritaba que no me dieran en el gusto, en especial el que se molestaba en comprar un sillón enorme y no es capaz de comprarme un gato.

-Por favor, me encantan los gato, además puedes defender la casa - Le dije poniendo cara de angelito, aunque dudaba que cambiara de opinión... molestarlo era realmente fascinante.

Vi como hacia sus gestos imitando el mio de cruzar los brazos, negué con la cabeza, odiaba esos animales con todo mi ser, y ella lo sabia, repetia en mi mente mientras la miraba fijamente, comenzando a entrar en su juego, coloque cara de perrito mojado - Pero amor... no me gustan - hice puchero acercandome un poquito a ella, quizas con una cara muy suplicante, obviamente si seguia con lo del gato, y la cara triste no funcionaba, seguiria con mi gesto serio, decidido a decirle que no, a lo que me pedia, o quizas podria llegar a pensarlo... no... que estaba diciendo, ni si quiera lo pensaria, solo tener una de esas cosas cerca de mi me provocaban escalofrios, lo aceptaba, en ese sentido... era igual a una nena en apuros. (xD)

Cualquier... cualquier cosa que quieras... de mi o lo que sea, pero gatos no amor... de verdad - dije aun con la misma expresion de perrito mojado, aunque en parte bromeaba con la cara, por otro lado era verdad lo que le decia - si?, por favor... - dije y en seguida bese su mejilla repetidas veces y a la vez abrazandola contra mi... y esto no era un truco para convencerla, si no que era... porque no podia evitar estar cerca de ella y tenerla a mi lado, ella lo sabia perfectamente, loco... loco me tenía.